“Una dieta vegana es probablemente la mejor forma de reducir tu impacto en el planeta Tierra, no solo los gases de efecto invernadero, sino la acidificación global, la eutrofización, el uso de suelo y agua.”

– Joseph Poore, investigador de Ciencias Ambientales, Universidad de Oxford.


La ganadería es uno de los mayores contribuyentes de las emisiones de gases de efecto invernadero, la deforestación, la contaminación del agua y la contaminación del aire. En todo el mundo, la producción de carne y lácteos utiliza el 83% de las tierras agrícolas y produce el 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura, mientras que proporciona solo el 18% de las calorías y el 37% de las proteínas (Science, 2018) (1).

Con tantas alternativas disponibles, cada vez se vuelve más sencillo tomar decisiones que ayuden al medio ambiente.

Tomemos, por ejemplo, a la hamburguesa vegana Beyond Meat Burger. Un estudio realizado en el 2018 por la Universidad de Michigan encontró que un cuarto de libra de Beyond Burger es casi idéntico, desde el punto de vista nutricional, a una hamburguesa de carne de un cuarto de libra, pero genera 90% menos emisiones de gases de efecto invernadero, requiere 46% menos energía, 99.5% menos agua y utiliza 93% menos tierra en comparación con la producción, envasado y distribución de la carne de vacas de EE. UU. (2).

Siga leyendo para obtener más información sobre cómo una alimentación vegana puede beneficiar al medio ambiente.

Gases de efecto invernadero

Varios informes han encontrado que una dieta vegana tiene el mayor potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Un ejemplo de ello es el informe más reciente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (2019), que enfatizó un cambio hacia dietas basadas en plantas como una gran oportunidad para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero (3).

Un estudio de 2020 publicado en Nature Sustainability encontró un alto costo de oportunidad de carbono de la agricultura animal, de modo que la tierra desplazada por alimentos de origen animal tiene el potencial de capturar 152.5 gigatoneladas de carbono (GtC) en la biomasa vegetal viva si la humanidad cambiaran su alimentación y comenzaran a comer vegano (6). Los pastos utilizados para alimentar animales rumiantes criados para carne y productos lácteos representan el 72% del carbono, mientras que las tierras de cultivo para forraje constituyen el otro 28%. Esta cantidad de carbono representa la última década de emisiones de combustibles fósiles y el equipo de investigación lo consideraron comparable a las reducciones necesarias para limitar el calentamiento global a 1,5 °.

Un estudio de la Universidad de Michigan y la Universidad de Tulane (2020) estimó que reemplazar la mitad de todos los alimentos de origen animal con alimentos de origen vegetal podría resultar en una disminución del 35% en las emisiones relacionadas con la alimentación en los EE. UU. Eso daría como resultado una reducción de aproximadamente 224 toneladas métricas de emisiones anuales, la misma cantidad que 47,5 millones de vehículos de pasajeros para el 2030 (14).

Un informe de The Lancet (2019) comparó los modelos de cambios en la producción de alimentos y la reducción estimada de los gases de efecto invernadero, se encontró que hacer un cambio a una alimentación basadas en plantas podría reducir las emisiones relacionadas con los alimentos hasta en un 80% para el 2050 (4). Las dietas veganas tienen el mayor potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: hasta un 35 a 55% (Journal of Cleaner Production, 2015) (5).

Las personas veganas tienen la huella de carbono más pequeña, mientras que aquellas personas cuyas dietas incluyen más carne tienen la más grande: 2.5 veces más que las personas veganas (University of Oxford, 2014) (6).

Los cálculos de Our World in Data (2020) muestran que producir 100 gramos de proteína a partir de chícharos (guisantes) emite 0,4 kilogramos de dióxido de carbono, mientras que producir esa misma cantidad de proteína a partir de carne de vacas emitiría casi 90 veces más (8). De todas las fuentes de proteínas, las plantas tienen la menor huella de carbono, independientemente de los métodos de producción. Incluso cuando se comparan las emisiones de los productores de carne y lácteos de menor impacto con los productores de plantas de mayor impacto, las fuentes de proteínas a base de plantas tienen una menor huella de carbono (8).

Agua

Mientras que 783 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a agua potable limpia, la agricultura animal utiliza casi 1/3 del agua potable disponible (Water Resources and Industry, 2013) (7).

Un estudio del año 2016 publicado en Science of the Total Environment comparó la dieta mediterránea tradicional que incluye productos de origen animal, dietas pesco-vegetarianas y dietas vegetarianas y encontró que las dietas vegetarianas tenían la huella hídrica más baja, con una reducción del 30-53% (8).

Una revisión sistemática publicada en Public Library of Science (2016) analizó una variedad de dietas comunes y sostenibles en comparación con la dieta estándar occidental. Encontraron que las dietas veganas utilizan la menor cantidad de agua y que los cambios en la dieta pueden reducir el consumo de agua en un 50%. Esta revisión también encontró que las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso de tierra podrían reducirse hasta en un 70-80% (9).

Tierra

La ganadería es una de las principales causas de deforestación. El impacto ambiental de la ganadería, incluso a través de métodos “sostenibles”, es mucho mayor que la producción vegetal. Un estudio realizado en la Universidad de Oxford en el 2018 mostró que los productos lácteos y de carne de menor impacto causan más daño ambiental que los productos de cereales y vegetales de mayor impacto. Por ejemplo, la carne de vacas de bajo impacto utiliza 36 veces más tierra que los guisantes (chícharos) (1).

El mismo estudio mostró que si todas las personas dejaran de comer carne y productos lácteos, el uso de las tierras agrícolas en todo el mundo podría reducirse en un 75%, el área equivalente al tamaño de EE. UU., China, Australia y la Unión Europea combinados (1).

Casi 2/3 de todos los cultivos de soya, maíz y cebada y aproximadamente 1/3 de todos los cultivos de granos se utilizan para alimentar a los animales, por lo que reducir el consumo de productos animales haría que las tierras destinadas para la alimentación de los animales estén disponibles para otros usos (Lancet, 2019) (3).

El equipo de investigación de la Universidad de Wisconsin-Madison (2018) compararon el uso de tierra individual de cada alimento de origen animal en el sistema alimentario de los EE. UU. con el de una alternativa basada en plantas comparable a nivel nutricional. Encontraron que reemplazar todos los productos de origen animal podría satisfacer/mantener a 350 millones de personas adicionales. También encontraron que un área de tierra capaz de producir 100 gramos de proteína comestible proveniente de las plantas solo podría producir 60 gramos de proteína comestible proveniente de los huevos, 50 gramos de proteína de los pollos, 25 gramos de proteína de los productos lácteos, 10 gramos de proteína de los cerdos, y solo 4 gramos de proteína de la carne de vacas (10).

Contaminación y racismo ambiental

Las granjas de cerdos y productos lácteos producen enormes residuos que se almacenan en lagunas y luego se rocían en los campos. The Sierra Club (2017) (11) informa:

Si los residuos se rocían con demasiada frecuencia, saturan el suelo y se filtran hacia el acuífero y los ríos y arroyos cercanos. La práctica también aerosoliza la materia fecal, creando partículas tóxicas que llegan hasta las casas cercanas, acompañadas por un hedor terrible que obliga a quienes habitan ahí a no salir de sus casas. La mayoría de esas viviendas pertenecen a personas afroamericanas, quienes han tenido sus propiedades empapadas en desechos de cerdos durante décadas y sus pozos también están contaminados.

Durante treinta años, sus quejas sobre el efecto en la salud y en la calidad de vida han caído en oídos sordos en la casa de gobierno del estado [Carolina del Norte], lo que hace de este un caso claro de racismo ambiental con un costo en la humanidad que es cuantificable.

Sierra Club cita a las y los residentes que viven cerca de las lagunas de desechos de cerdos:

[El desperdicio proveniente de los cerdos] llega hasta aquí como si estuviera lloviendo. Eso es lo que inhalamos si estamos afuera y penetra en la casa porque no hay forma de mantener ese olor afuera. No podemos hacer comidas al aire libre ni reuniones familiares como solíamos hacerlo, porque no sabemos cuándo llegará el olor. Cuando hace mucho calor, te quema los ojos.

Resumen

La ganadería no es un sistema sostenible, ¡su huella ambiental puede reducirse drásticamente con una dieta basada en plantas!

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Referencias

1. Reducing food’s environmental impacts through producers and consumers. Poore J, Nemecek T. Science. 2018 Jun 1;360(6392):987-92.

2. Beyond Meat’s Beyond Burger Life Cycle Assessment: A detailed comparison between a plant-based and an animal-based protein source. Heller M and Keoleian G. 2018 September 14. CSS Report, University of Michigan: Ann Arbor 1-38.

3. Willett W, Rockström J, Loken B, Springmann M, Lang T, Vermeulen S, Garnett T, Tilman D, DeClerck F, Wood A, Jonell M. Food in the Anthropocene: the EAT–Lancet Commission on healthy diets from sustainable food systems. The Lancet. 2019 Jan 16.

4. Environmental impact of dietary change: a systematic review. Hallström E, Carlsson-Kanyama A, Börjesson P. Journal of Cleaner Production. 2015 Mar 15;91:1-1.

5. Scarborough P, Appleby PN, Mizdrak A, Briggs AD, Travis RC, Bradbury KE, Key TJ. Dietary greenhouse gas emissions of meat-eaters, fish-eaters, vegetarians and vegans in the UK. Climatic change. 2014 Jul 1;125(2):179-92.

6. Hayek, M.N., Harwatt, H., Ripple, W.J. et al. The carbon opportunity cost of animal-sourced food production on land. Nature Sustainability (2020).

8. Less meat is nearly always better than sustainable meat, to reduce your carbon footprint. Additional Calculations by Our World in Data. Data is based on: Poore, J., & Nemecek, T. (2018). Reducing food’s environmental impacts through producers and consumers. Science, 360(6392), 987-992. 2020 Feb.

9. The impacts of dietary change on greenhouse gas emissions, land use, water use, and health: a systematic review. Aleksandrowicz L, Green R, Joy EJ, Smith P, Haines A. PloS one. 2016 Nov 3;11(11):e0165797.

10. Shepon A, Eshel G, Noor E, Milo R. The opportunity cost of animal based diets exceeds all food losses. Proceedings of the National Academy of Sciences. 2018 Apr 10;115(15):3804-9.

11. The CAFO Industry’s Impact on the Environment and Public Health. Skolnick A. Sierra Club. 2017 Feb.

14. Heller M, Keoleian G, Rose D. Implications of Future US Diet Scenarios on Greenhouse Gas Emissions. CSS Report, University of Michigan: Ann Arbor 2020 Jan 13;1-24.